Vivir en un pueblo, alejado del bullicio de la gente y de la contaminación, tiene grandes ventajas, y en días como hoy en el que los periódicos no dejan de hablar de la boina de polución que hay sobre Madrid me doy más cuenta que nunca de la suerte que tengo. Sin embargo, también tiene sus desventajas, y es que la organización es primordial para prevenir ciertos problemas con los que puedes darte de bruces todos los días. Si nos quedamos sin leche, por ejemplo, no es sencillo salir a comprar, pues solo hay una tienda de ultramarinos en todo el pueblo, y además no siempre tiene de todo, de hecho normalmente solo tiene lo básico así que siempre tienes que tener de sobra para evitar estos líos.
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