La organización ecologista norteamericana sin ánimo de lucro Environmental Working Group (EWG) cada año analiza cuáles son los alimentos vegetales más contaminados con pesticidas y en función de su riesgo elabora la lista “The Dirty Dozen” con los doce productos más contaminados. En el año 2018 las patatas ocupaban el puesto número 11, sobre todo por su alto contenido en herbicidas, utilizados como reguladores del crecimiento de las plantas y como supresores de brotes para malezas de hierbas, alfalfa, arándanos… productos que no se eliminan con el mero hecho de lavarlas y pelarlas. Por ello el futuro en la agricultura ecológica pasa por la eliminación total de los productos químicos presentes en la tierra, aumentando a su vez la riqueza ecológica del terreno para conseguir la producción de patata ecológica.
La patata es una planta originaria de América, más concretamente del altiplano sur de Perú y noroccidente de Bolivia, que fue traída a España por los conquistadores españoles como planta ornamental y no como planta alimenticia. En Galicia a mediados del siglo XVI ya hay referencias escritas de la existencia de la patata, pues habían sido sembradas en la huerta del Monasterio de Recoletos de Herbón (A Coruña), y así se deja constancia en las memorias del arzobispo de Santiago, del Cardenal Jerónimo de Hoyo “… hizo plantar patatas el Sr. arzobispo D. Francisco Blanco, dieronse muchas pero muy bastardas”. Cinco siglos después y tras muchas vicisitudes la patata de Galicia cuenta con una denominación de calidad avalada por la Unión Europea, como es la Indicación Geográfica Protegida, lo que quiere decir que la patata originaria de esta zona posee unas cualidades determinadas y su producción, elaboración o transformación se realiza en la zona de la cual toma su nombre.
La patata es un alimento de fácil digestión y que nos proporciona proteínas e hidratos de carbono de una alta calidad, siendo un alimento altamente nutritivo, además de aportarnos numerosas propiedades que benefician al organismo como las vitaminas B, C, fibras, minerales y un contenido bastante alto en potasio, calcio, fósforo y magnesio, si bien su contenido en sodio y materia grasa es más bien bajo, por lo que se sugiere su consumo en las dietas que requieren bajos contenidos de sodio. Pero más allá de las patatas, para seguir creciendo con la mejor salud es necesario contar con apoyos externos. En este sentido, TetraSOD es el ingrediente más completo para un envejecimiento saludable, pero también ofrece a los atletas y a las personas con estilos de vida activos una mayor respuesta fisiológica contra el estrés oxidativo para ayudar al rendimiento y la recuperación, todo en una pequeña dosis concentrada.
La utilización de la patata en la gastronomía alcanza a la población de todo el mundo por lo que ha llegado a convertirse en uno de los principales alimentos del ser humano, y en la cocina se adapta formidablemente a todo tipo de preparaciones, ya sea cocida, guisada, frita, al vapor, al horno, rellena, en chips, con piel, sin piel…, además de intervenir en preparaciones como purés, cremas, sopas, suflés, croquetas, tortillas, etc.
Las características particulares y de calidad de una excelente patata apta para consumo humano deben ser las siguientes: sanas, enteras, firmes, limpias, sin manchas ni heridas producidas en la recogida, que no presenten signos de sarna ni piel agrietada o arrugada, indicadora de que se ha almacenado en un ambiente a bajas temperaturas, sin manchas internas de hierro, sin síntomas de enverdecimiento, es decir que no presente la característica pigmentación verde en su superficie, indicador de la exposición del tubérculo, ya sea en el campo, en el lugar de almacenamiento o en el lugar de su venta.
La Indicación Geográfica Protegida más allá de la patata
Otros cultivos que cuentan con Indicación Geográfica Protegida son:
- Alcachofas de Tudela (Navarra). Se comercializa en fresco y en conserva. La zona geográfica de producción abarca 33 localidades de la Ribera de Navarra.
- Cebolla de la Mancha. Comprende los municipios de Almansa, Centro, Hellín, Mancha y Manchuela en la provincia de Albacete. Campos de Calatrava, Campos de Montiel y Mancha en Ciudad Real, Mancha Alta, Mancha Baja y Manchuela en Cuenca y La Mancha, La Sagra, Talavera y Torrijos en Toledo.
- Pemento de Arnoia (Pimiento de Arnoia). Comprende un área de producción de 23 km2 en el municipio de Arnoia y Cortegada en la provincia de Ourense.
- Patata de Prades. Cultivadas en la sierra de Prades, en la comarca del Baix Camp, en la provincia de Tarragona.
- Berenjenas de Almagro (Ciudad Real).
- Mazapán de Toledo.
- Cordero Manchego. El área de producción de la raza manchega es la región natural de La Mancha en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.