Adictos a la naturaleza…

No hay nada como la vida en el campo, el contacto con la naturaleza y respirar aire puro todo el día, sin más ruido que el piar de un pájaro o el ladrido de un perrete. Y es que como el pueblo, no hay nada, y además nos da todo lo que necesitamos, y nos libra del consumismo sin control de la vida en la gran urbe.

Las ciudades están abarrotadas, los coches, los gritos del gentío, las alarmas de los locales, el mal olor, la delincuencia… Todo lo malo pasa en la ciudad, por eso no es de extrañar que cada vez más personas decidan dar el paso y trasladarse al pueblo, sobre todo las que tienen niñ@s pequeños, ya que además, a día de hoy, podemos encontrar casas rurales relativamente cercad del núcleo urbano y de todas los servicios necesarios: escuela, farmacia, hospital, biblioteca, gimnasio, supermercado, transporte, parques, etc… Porque en la naturaleza, l@s peques aprender a respetarla, a convivir con el resto de seres vivos, a cuidar de ellos y un montón de valores que desconocen en la ciudad.

Las inmobiliarias reciben a diario a clientes que desean adquirir una casa en el campo, y muchos están dispuestos a gastar una buena cantidad de dinero por hacer realidad su sueño, por lo tanto, este es el tipo de clientes que más interesa al sector inmobiliario hoy.

Pero cuando hay demanda, también comienzan a llover las ofertas y muchas personas ponen una propiedad en venta o alquiler sin que esta cumpla con las condiciones necesarias de habitabilidad en algunos casos, con deudas pendientes o sin el certificado de eficiencia energética en vigor, este último obligatorio desde el 1 de Junio de 2013, para vender o alquilar un inmueble, que deberá ser suscrito por un técnico competente, con una validez máxima de 10 años. Este certificado valora de la A a la G, el grado de emisiones de CO2, de un inmueble, y se calcula midiendo la energía consumida por todos los elementos necesarios para mantener la vivienda o local en unas condiciones de confort calórico, lumínico, así como el agua caliente, y calidad de aire en el interior. La elaboración de este certificado solo puede ser llevada a cabo por arquitectos o ingenieros de la edificación correspondientemente habilitados, en caso contrario los documentos generados no tendrán validez. Por eso, en Segohouse, como parte de la gestión integral que hacen, se encargan de tramitar los CEE en un plazo corto, y a un precio muy razonable.

Lo que la naturaleza te da

Vivir en el pueblo, también tiene sus inconvenientes, sobre todo si no te gustan los bichitos, pero a la hora de la verdad, la mayoría son ventajas. Veamos a continuación algunas de ellas:

Para empezar está el tema de la comida, y eso lo sabemos bien las que vivimos en el rural. Menudos tomates… si pruebas los tomates de la huerta, no volverás a comer jamás un tomate del super. Y lo mismo sucede con el resto de verduras y hortalizas, recién recolectadas de tu propio huerto o del huerto del vecino, tú mism@… Aunque seguro que antes o después te haces con el tuyo propio, te lo garantizo.

En el campo apenas hay ruido, y esto es desde luego un alivio, ya que el estruendo de la ciudad es para volverle a una la cabeza loca. Por lo tanto, a la hora de dormir no darás crédito, tan sólo escucharás el cri cri de los grillos.

Todo fluye con calma y tranquilidad en el pueblo, por eso, si eres de los que siempre van con prisa, aquí no encontrarás tu sitio. Las tiendas, los bares y otros establecimientos rurales se lo toman todo con una pachorra que no te lo puedes creer.

Tampoco hay lugar en el pueblo para los lujos, así que si te gusta fardar de coche, de bici, de móvil o de tablet, ten por seguro que aquí se van a reír mucho de ti.

En el pueblo hay menos gasto, ya que la oferta es mucho menor y no sentirás esa necesidad creada por la publicidad y dirigida a la vida urbana.

Por último, si no quieres no tendrás que recoger las cacas de tu peludo, aquí pocos lo hacen…

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