“Nunca podría vivir en el campo. Yo quiero neurosis y supermercados. El tráfico lento me calma y me ayuda a pensar. Están transformando el espacio urbano. No caben más guiris me echan del barrio. En la periferia mi vida ha vuelto a empezar”. Esta es la letra de la canción Maravilloso del grupo Sidonie, una banda que me encanta, pero que en esta ocasión no comparto su opinión. La verdad es que yo siempre podría vivir en el campo, no quiero locura ni centros comerciales. Me gusta pasear sin tráfico y eso me ayuda a pensar. Esta es la versión que yo he hecho.
Y es que desde que decidí irme a vivir al campo mi vida ha mejorado en todos los aspectos. Son muchos los beneficios que he encontrado de vivir en el campo y que me gustaría compartir con todos vosotros.
La primera gran ventaja es para la salud. En las grandes ciudades cada día son más comunes los problemas por contaminación, y buena prueba de ello es que por ejemplo, en Madrid o en Valladolid, últimamente ya se han tenido que activar medidas como la prohibición de aparcamiento en el área de estacionamiento regulado para los no residente o, incluso, la prohibición de circular en determinados días en función de si las matriculas de los vehículos eran pares o impares. Cuando vivas en el campo vas a comprobar que la calidad del aire es mucho más limpia y, en consecuencia, los pulmones de quienes viven allí gozan de mejor.
Yo vivía en una zona de Madrid con mucha marcha. Era zona de estudiantes y claro, las fiestas eran habituales. Así que los ruidos eran constantes y daba igual qué día fuera. Incluso los lunes, que muchas veces yo me preguntaba qué se puede hacer ese día. Además, había tráfico, tanto de coches como de motos, y para rematar, era constante el paso del camión de la basura. Para más inri, tenía justo enfrente los contenedores de vidrio, así que tenía que escuchar ruidos que menudos sustos me pegaba. Por su parte, en el campo los ruidos nocturnos son casi inexistentes y, como mucho, podemos tener que lidiar con el sonido de los grillos. Sin duda, un beneficio a nivel de estrés acústico que nuestro cuerpo agradecería que no tuviéramos quienes vivimos en la ciudad.
Adiós al estrés
Durante muchos años he vivido con el estrés de las grandes ciudades. El tener que levantarte pronto, el tener que coger el metro, el tener que amoldarme a unos horarios. Lo que hice fue reinventarme y decidir dar un paso adelante. Aposté por el teletrabajo y eso me permite no tener que estar agobiado. Está claro que ya de infarto no voy a morir porque la tranquilidad de vivir entre verde es maravilloso.
Las tardes en mi jardín son maravillosas. Eso de que entre el sol y puedas leer un libro es lo más grande del mundo. Hasta el punto de que he tenido que comprar un toldo en Rolltec para poder pasar las tardes allí leyendo o mirando mi tablet.
Actividades con amigos y familia
También el campo invita a compartir actividades en familia, desde las caminatas o los paseos hasta el cuidado de un jardín o huerto. Es como vivir en una casa rural constante. El ejercicio también es más fácil de practicar, no sólo porque hay menos tráfico sino porque los espacios abiertos, los paisajes naturales motivan a movernos de forma más inmediata, sin tener que coger autobuses o que ir hasta un gimnasio. Mi gimnasio es verde, muy grande y gratis. Salir a correr y sentir el aire en la cara es la sensación de libertad más grande que he experimentado.
Y mi alimentación también ha mejorado porque el vivir en mi campo me permite tener mi propio huerto ecológico. Así produzco mis propios alimentos como tomates, lechugas, melones, etc. Si no eres muy ducho en estas lides, no te preocupes porque seguro que encuentras algún agricultor cercano que te pueda suministrar los alimentos.
Económico
Tu cuenta corriente también lo va a notar, porque vivir en el campo es siempre más barato. No tienes que pagar aparcamiento, el IBI es más barato, etc. Apenas gastamos luz pues las ventanas están todo el día abiertas y también puedes tener tus paneles solares para iluminación y pequeños electrodomésticos.
Estos son solo algunos aspectos positivos de poder vivir en el campo, hay muchos más, como la sensación de libertad, de no tener horarios, de despertarte con el trinar de los pájaros. Yo se lo recomiendo a todo el mundo.