Con el paso de los años, en nuestro país, hemos ido viviendo un éxodo rural masivo y es que las pequeñas poblaciones se han ido abandonando y todos nos hemos ido yendo, en mayor o menor medida, a las ciudades. Unas urbes donde podemos trabajar de lo nuestro y a las que nos hemos tenido que mudar, en la inmensa mayoría de los casos, por necesidad. Un cambio que no solo afecta a nuestro domicilio en el DNI, sino que también cambia por completo nuestra forma de ser, de entender el mundo, de vivir… El estrés o la falta de personalidad son solo dos de los ejemplos más claros que nos podemos encontrar en una persona que ha cambiado el rural por el ruido de la gran ciudad. Es por ello por lo que cada vez más personas tratan de regresar a sus orígenes, aunque solo sea en la época estival y es que esta es la única forma posible que tenemos de escapar de la rutina y del estrés de nuestro día a día. Para que lo comprendáis, os invitamos a seguir leyendo este post.
La vida en el rural es una forma de entender el mundo mucho más pausada, donde realmente se valora la tranquilidad y hacer las tareas a su debido tiempo, de tal forma que se deje de lado el estrés y la rutina. Una opción mucho más sana y amable con el medio ambiente la cual ya empiezan a recetarla incluso los médicos más prestigiosos y es que esta es una de las formas más sensatas de evitar enfermedades propias de las grandes ciudades. Si bien es cierto que nadie puede negar que los grandes centros de trabajo están en las urbes más grandes, igual de cierto es que podemos buscarnos una residencia en alguna de las poblaciones limítrofes, las cuales sean más tranquilas, con el fin de estar más cómodo. Pero la realidad es que, en muchas ocasiones, esto no es posible, es por ello por lo que, desde los departamentos de turismo de las distintas administraciones públicas del estado, se están potenciando viajes de desconexión. Unas escapadas rurales que nos pueden hacer desconectar de la rutina y volver a nuestros puestos de trabajo con las pilas recargadas.
Sin ir más lejos, el turismo rural de Galicia ha presentado de forma reciente su catálogo de productos destinados a ser utilizados en el otoño. En él se detalla que durante el fin de semana del 28 y 29 de septiembre habrá más de una treintena de casas rurales que nos ofrecerán la posibilidad de vivir una estancia cargada de sorpresas y, para hacerlo todavía más atractivo, lo clientes pagarán una noche, el establecimiento que escojan se encargará de obsequiarles con otra y, además, incluirá al paquete de la estancia, una experiencia sorpresa. Rutas de senderismo, observación nocturna de las estrellas, acercamiento a las tradiciones rurales de la zona en la que nos alojemos, cuentos en árboles centenarios, rutas de los sentidos, y como no podía faltar, gastronomía de otoño típica de Galicia, son solo algunos de los ejemplos de propuestas que nos podemos encontrar.
La comunidad autónoma de Galicia es una tierra única e indescriptible para vivir en primera persona la belleza que nos ofrece el turismo rural y es que tener la posibilidad de acercarnos a los pueblos, los bosques, las rutas de senderismo, el termalismo de Ourense, la belleza de las islas Cíes, o perdernos por la Ribeira Sacra son solo algunos de los ejemplos de que el turismo rural no tiene porque ser aburrido, sino que podemos preparar un plan adaptado a nuestra estancia en el que contemplemos y nos empapemos de la belleza natural del rural de la zona.
Seguir el recorrido de un río, una buena forma de admirar la belleza de una zona
Quizá de primeras os pueda parecer una opción extraña, sin embargo, lo cierto es que a lo largo de los kilómetros de un río nos podemos encontrar una gran infinidad de paisaje diferentes. En el caso del Guadiana, por ejemplo, podemos tomar de punto de partida el Hostal Río , el cual está situado en Medellín, una pequeña localidad que cuenta con un parque arqueológico de la histórica Villa de Medellín. Además, es el centro neurálgico del turismo y cultura de las Vegas Altas del Guadiana. Caminando por ella, podremos visitar el puente romano y medieval, el castillo medieval con indicios Tartessos y el espectacular teatro romano… entre otras opciones, por lo que establecer aquí nuestra base, es una buena opción. El Guadiana nos ofrece un sinfín de paisajes, de hecho, si os paráis a pensarlo, nace en las Lagunas de Ruidera, entre Albacete y Ciudad Real, y desciende por la mitad meridional de la Península. Se adentra en Portugal y posteriormente hace de frontera natural antes de desembocar en el océano Atlántico, por lo que recorrerlo es una experiencia única.