Estoy hasta las narices de que algunas empresas de nuestro país se pongan la coletilla de “respetuosas con el medio ambiente” sólo porque plantan cuatro árboles al año como promoción de imagen de marca. Es ridículo que una empresa cuya fábrica contamina diariamente más de 1000 litros de agua y emite millones de partículas de dióxido de carbono al aire en forma de humo de chimenea se pueda poner, por ley, lo de “respetuosa con el medio ambiente” en el logotipo sólo porque dos veces al año realiza campañas de concienciación ecológica y repuebla de naturaleza cierta zona destrozada previamente por ella misma que se encuentra en los alrededores de la fábrica.
Es como si un asesino pudiera salir indemne del juicio por tener hijos: mató una vida, pero trajo otra al mundo así que estamos en paz con él. Y ya, de paso, le ponemos también coletilla a su condena “asesino con moralidad”. Es ridículo.
Hoy en día hay empresas que contaminan más de lo que producen pero cumplen la normativa europea por los pelos y hacen campañas publicitarias hablando de lo concienciados que están y de lo mucho que invierten en apoyar la ecología. De esas empresas estamos llenos hasta los topes y el Gobierno lo permite porque mueven dinero, así de simple. Es como el famoso “impuesto al sol” que puso el PP hace ya muchos años y que a día de hoy sigue vigente. Por culpa de ese impuesto que la mayoría de ciudadanos no podemos pagar, los hogares españoles siguen funcionando con electricidad o gas ciudad convencional, a pesar de que muchos edificios podrían ser prácticamente autosuficientes. Pero claro, no interesa… A lo mejor si los presidentes de estas compañías no fueran políticos de mucho poder otro gallo cantaría.
La verdad sí importa
Por eso me parece tan importante aplaudir a las empresas que sí trabajan por combatir la contaminación y producir sin causar daño alguno a la naturaleza. Obviamente eso es un ideal que aún no se puede cumplir pero hay empresas como Airum Logistic, fabricantes de compresores de pistón y compresores de tornillo, o Grupo Navitec, que verdaderamente invierten y buscan soluciones a problemas medioambientales, los causen ellos o no.
Grupo Navitec, por ejemplo, cuenta con un departamento de I+D que realiza estudios del consumo energético de un edificio, una vivienda, un local, etc., con el objetivo de determinar cuál es el comportamiento energético del mismo y definir las actuaciones que se deben realizar para mejorarlo. De este modo, cada vivienda en la que ellos trabajan, reduce considerablemente su consumo energético y, por lo tanto, hablamos de un ahorro, tanto económico como medioambiental.
Puede que parezca poco, pero si todas las viviendas españolas se realizaran dicho estudio e invirtieran en eficiencia energética con Navitec, se obtendría un ahorro energético descomunal que, probablemente, libraría al planeta de un castigo que ahora mismo es imparable.
Si más empresas como esta invirtiera en ahorrar energía a los españoles, tanto a nivel particular como empresarial, conseguiríamos ser uno de los países más eficientes del planeta, probablemente incluso más que Holanda y Noruega que son pioneros y referentes en este sentido pero, como ya he dicho antes, eso no interesa ¿y sabéis por qué? Pues porque se ahorraría electricidad, contaminación y dinero en los hogares y empresas, pero eso repercutiría en los ingresos de las hidroeléctricas que verían mermados sus beneficios. “Todo por la economía” dirán algunos, todo menos pensar en el bien común.