Está bastante extendida la tendencia de mudarte a grandes urbes cuando tus hijos alcanzan la edad escolar, es como si pensáramos que estudiar en un colegio rural le va a dar menos categoría a la educación de nuestros hijos y eso es algo que ha de ir cambiando, no sólo porque los pequeños pueblos y localidades se están quedando sin nuevas generaciones sino porque la educación rural puede ser muy enriquecedora.
¿Qué colegios en las grandes ciudades tienen la posibilidad de salir a la naturaleza a observar la fauna y la flora en su plenitud casi diariamente? Como mucho, una vez o dos veces al año, algún profesor organiza una bonita excursión para visitar algún museo, alguna reserva natural o incluso un parque de atracciones pero poco más.
Hay una acertada corriente educacional que demuestra lo equivocados que estamos en algunos casos. El niño llega a la escuela con 11 años y el profesor dibuja una bonita mariposa en la pizarra para escribir y señalar las partes de la misma: las alas, el tórax, el abdomen, las antenas, la cabeza, las patas, la espiritrompa… pero lo niños no están atentos, se aburren. Sin embargo, en el patio, cerca de donde están los columpio hay dos mariposas revoloteando alrededor de tres flores silvestres que han crecido en una esquina y un pequeño, sentado al lado de la ventana, mira detenidamente sus divertidos y alegres colores.
Una educación más personalizada
En un colegio rural, el profesor de conocimiento del medio tiene la posibilidad de coger a sus alumnos (que no suelen ser muchos) y llevárselos a dar un pequeño paseo por los alrededores de la escuela con el fin de poder enseñarles algunas mariposas que vuelan libres de un lado a otro, y así, mientras los niños alucinan pepinillos, el profesor les indica las partes del insecto.
Puede que en ese momento no se queden con nada, pero luego, cuando lo hablen en clase, serán mucho más conscientes de lo que les cuenta y habrán aprendido mucho mejor que viendo un simple dibujo.
Los profesores, maestros y educadores de los colegios rurales están igual de capacitados que los de los colegios de las grandes ciudades pero tienen un hándicap, se les cree inferiores. Conozco una escuela de primaria que cuenta sólo con 120 alumnos repartidos entre las aulas de prescolar, infantil y los tres primeros cursos de la secundaria. No hay ningún niño que supere los 12 años porque antes de que cumplan esa edad, los padres los cambian de colegio o se mudan todos directamente, un gran error en mi opinión, porque en ese colegio los profesores y la dirección es maravillosa. Los niños aprenden de verdad prestando atención a todo lo que les rodea y utilizan adaptaciones curriculares de Ediciones Aljibe para dar un mayor apoyo a aquellos niños que están más retrasados. Dan una atención personalizada que las grandes escuelas no pueden ofrecer por culpa del ratio de alumnos que tienen por aula y, sin embargo, muchos padres se empeñan en llevar a sus hijos a esos colegios donde, en la misma aula, tienen que lidiar con 30 compañeros más.