La fiesta del Carnaval es una de las más especiales para mí. Se celebra tres días antes del tiempo de cuaresma, a pesar de que en los últimos años en España se perdió la costumbre de celebrar esta colorida fiesta con conciertos, desfiles repletos de carrozas y comparsas, a causa de la crisis económica que se vive en el país, el espíritu festivo en la colectividad no se ha perdido. Pero es ahí donde toma protagonismo la imaginación, y en España a imaginación no nos gana nadie.
Por ejemplo he comprobado también que en las diferentes escuelas, institutos y organizaciones se realizan concursos de disfraces. Es decir, que en estos últimos días representantes se han enfocado en conseguirles un disfraz a los más pequeños para que no se interrumpa una costumbre que ha perdurado con los años. Y es que yo siempre recuerdo que eran los más pequeños los que más disfrutaban metiéndose por una horas en la piel de sus personajes favoritos. Una niña que quiere ser una princesa de Disney o un niño que se disfraza como su futbolista favorito. Yo siempre recuerdo que me disfrazaba de personajes de mis series favoritas. Un año lo hice de Seya, el protagonista de Los Caballeros del Zodiaco y al año siguiente lo hice de Songoku, el niño de Bola de Dragón. Qué recuerdos.
Lo que he comprobado es que en los últimos años es que los padres no van de tienda en tienda en busca del disfraz más económico; en esta ocasión, los puestos más visitados son librerías, papelerías y ventas de telas porque en este año se pusieron de moda los disfraces ecológicos. Trajes elaborados con papel crepe, cartulina, cartón y mucha creatividad. Así como lo oyes. Una manera más económica, pero también más divertida de compartir tiempo con tus hijos. Como todo en la vida tiene su lado bueno y malo.
Frutas y ecología
En el colegio de mi hija lo hicieron. Los disfraces de cada estudiante fueron asesorados por los profesores y elaborado por los padres junto a los niños. Los vestuarios se enfocaron en el cuidado del medio ambiente, la vegetación y la importancia de las comidas saludables. En el desfile se podían observar niños con trajes de frutas, vegetales y comida sana; todos realizados de manera ecológica, y que sirve para concienciar a todos. Yo recuerdo que comencé a amar el medio ambiente gracias a Félix Rodríguez de la Fuente.
La verdad es que es muy buena idea porque sirve para concienciar, pero claro, también es cierto que cuando un niño es más pudiente, y sus padres tienen dinero para comprarlos, pues llama la atención, y es la envidia del resto.
De ahí que sea muy importante que todos los niños quieran participar de esta misma actividad, y que sicológicamente estén preparados.
La verdad es que es muy original, ahora bien, si quieres ser más clásico, mi recomendación es que te metas en la página web de La Casa de los Disfraces, porque allí vas a encontrar toda la variedad. Y por precios muy económicos. En mi caso, es complicado hacer trajes porque soy un manazas, además mis hijos no me lo ponen fácil con sus personajes, por lo tanto tengo que comprar trajes ya realizados. Ahora bien, las risas que nos echamos cuando hacemos la búsqueda son para recordar.
Sea como sea, lo importante es que la magia del Carnaval nunca decaiga, porque en mi opinión se trata de una fecha mágica donde los niños, como suele pasar en la noche de Reyes, dan rienda a sus sueños y a sus ilusiones.