La mejor compañía para las vacaciones

Para todos los que tenemos mascotas, lo más duro de tener que marcharnos unos días de casa es dejarlas allí, aguardando deseosas a que volvamos. ¿Quién no ha vivido una situación así? Especialmente para quien vive solo, este es un martirio que suele acompañarnos durante todo nuestro viaje. No paramos de preguntarnos cómo estará o si le habremos dejado comida y agua suficientes para sobrellevar los días en los que nos ausentamos.

Algunos dueños, previsores, deciden encargarle a otra persona el cuidado de sus mascotas. No es una mala solución sobre todo teniendo en cuenta que otras personas, con bastante menos corazón por decir algo, creen que lo mejor es abandonarlas cuando se marchan de vacaciones. Sin embargo, existe una solución universal para todos aquellos que no nos podemos separar de nuestros animales.

Y es que, si no quieres separarte de tu perro, gato o cualquiera que sea tu mejor, llévatelo contigo. Soy una de las personas que desde pequeño he pensado exactamente eso. Cuando vivía con mis padres y teníamos a Jim, un pastor alemán, siempre quería que nos lo lleváramos de viaje porque para mí era como un hermano. Sin embargo, mis padres nunca se mostraron muy a favor.

Los años han pasado y ya como persona independizada he seguido desarrollando mi amor por los animales, especialmente por los perros. Ahora tengo dos en casa: Dobby (en honor al elfo doméstico que aparece en la saga Harry Potter, de J.K.Rowling) y Blacky. Los tres somos inseparables y la verdad es que estar varias horas sin verles ya me resulta difícil.

A pesar de ello, confieso que alguna vez me he marchado de vacaciones y les he dejado en casa, con los víveres suficientes para aguantar mi ausencia y con una persona encargada de sacarles a dar una vuelta. Sin embargo, esta técnica me ha dejado de convencer. Yo necesito estar con ellos y siempre he querido que me acompañen allá donde yo estuviera.

Por eso durante las vacaciones del año pasado comencé a mirar posibilidades para poder llevarlos conmigo a Lyon, ciudad en la que tengo familia y que suelo frecuentar durante el mes de agosto. Descubrí Animales por Avión, una empresa dedicada al transporte de toda clase de mascotas hasta el destino que elijamos. En mi caso, era una solución perfecta para lo que yo demandaba, que no era otra cosa que la de pasar las vacaciones con mis perros en un entorno diferente.

Para Lyon con Dobby y Blacky

Las tarifas de la empresa resultaban muy convenientes para mi economía, por lo que tardé muy poco en decidirme. Reservé dos plazas para Lyon con Animales por Avión y, aunque al principio no me quedaba tranquilo, al final terminé convencido de su seguridad ya que Dobby y Blacky iban a viajar con los mejores veterinarios, que iban a procurar que nada les faltase para garantizar su comodidad durante el vuelo.

Cuando llegué a la ciudad francesa no tardé en reunirme con mis dos mejores amigos. Les encontré en un perfecto estado y me comentaron que habían tenido un viaje tranquilo, sin sobresaltos de ningún tipo y sin apenas emitir ninguna queja ante tanto desconocido como tenían alrededor. Habían comido suficiente y ya tenían ganas de jugar y correr como acostumbraban.

Nuestra estancia en Lyon fue genial. Mis familiares nos recibieron con los brazos abiertos y disfrutó mucho durante los días en los que se prolongó la visita, unos días que nos venían bien a los tres para cambiar de aires y desconectar. Sin embargo, pasados esos días tocaba volver y para ello seguimos la estrategia de la ida. Previamente había solicitado dos billetes de vuelta en Animales por Avión para Dobby y Blacky, así que los dos volvieron a viajar con dicha empresa. Ya en nuestro país, volví a comprobar que habían llegado en unas condiciones estupendas.

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